martes, 19 de abril de 2011

SENSACIÓN

Una oscura y fría noche de invierno, cuando el susurro del viento permanece en silencio y las dormidas estrellas provocan que el cielo anochezca en su manto siniestro, tranquilamente entre las transitadas calles de la ciudad, en ausencia de jolgorio, me preguntaba por los grandes misterios. La vida es un transcurso del tiempo desde que somos pequeños hasta que por fin crecemos. Algunos, rutinariamente experimentamos lo mismo que nuestros antepasados ya que seguimos las huellas y los caminos que fueron cruzados antaño. Otros, en cambio, deciden forjarse su propio éxito, su propia personalidad y sus propios objetivos. Pero solo quienes alguna vez nos hemos parado a pensar, o mejor dicho filosofar, hemos encontrado teorías y razonamientos que dan respuesta a muchas incógnitas que hoy por hoy rondan por la mente del ser humano. Nos hemos dado cuenta de la fatalidad del mundo, de la significación de los sentimientos, de los elementos que nos rodean y ni tan siquiera nos percatamos de lo importante que es poder sentir acariciándonos la brisa del viento. Somos egoístas, muy egoístas. Queremos ser recordados, sin importarnos los métodos a los que debamos recurrir para poder lograrlo. Queremos ser importantes, llegar a lo más alto… y no dedicamos ni un solo segundo a pensar quienes de verdad necesitan una mano. Me gustaría que por un momento cerraras los ojos y recapacitaras. Me gustaría que fueses a la playa para sentir esos granitos de arena que tanto te molestan cuando se aferran a tu piel y a tu vestimenta. Me gustaría que te dejaras llevar por la sensación que inspira la naturaleza, ¿Cómo crees que hace un buen artista para crear sus famosas piezas? Debe aprender a sentir, aprender a amar y dedicarle mucho tiempo al estudio de los colores. Bien, ahora escucha el canto de las gaviotas, como surcan sobre el mar buscando alimento, como baten sus alas para mantener el equilibrio y no perderlo. ¿Y bien? ¿Qué me dices de las olas del mar? Se arrastran por la orilla, parece que te quieran alcanzar. ¿O puede que te estén llamando? Quién sabe, no creo que yo lo pueda adivinar. Ahora abres los ojos, miras a tu alrededor y atónito sientes como un veneno se introduce en tu pecho, te deja sin aliento, y reaccionas llevándote las manos al cuello. Te duelen los huesos, por lo que decides sentarte en el suelo. Buscas ayuda, gritas, pero nadie te escucha. Estás solo y te sientes abandonado. Estás triste y no hay nadie a tu lado. ¿Por qué ese cambio tan repentino? ¿Por qué primero placer y luego encontrarse en el olvido? Desesperado echas a correr, no sabes a dónde, ¿Qué importa? A alguien podrás ver… Pero te equivocas. Tus energías se agotan. Tienes hambre. Tienes sed. Dolor. Más dolor. Gritas otra vez. ¿Qué sucede? No te lo puedes creer. ¿Dónde han quedado esas gaviotas que canturreaban? ¿Dónde? Las ves aparecer, se aproximan a ti y por alguna razón a mandíbula batiente echas a reír. Los párpados pesan, el cansancio domina tus piernas. Es inefable, no sabes cómo describir lo que te pasa, por lo que te estresas. Ese dolor abrasador recorre hasta el último rincón de tu interior, esa quemadura consigue atragantarte, no hay ningún orificio por donde la saliva pase… Se humedecen tus ojos, las lágrimas se deslizan por tus mejillas… ¿Qué pasa ese día? Sollozas y te derrumbas. Dejándote caer ves como la vista se nubla, ves cómo se agotan el tiempo, la vida y los sueños. Ves como… si el mundo se apagara, como si fuese a explotar y a convertirse en nada. Y tú… No puedes hacer más. Tumbado sobre la arena sientes arder, el suelo está frío… deseas morir en silencio. No quieres sufrir más. Cierras los ojos nuevamente, pero no para disfrutar de lo que te rodea, créeme. Cierras los ojos porque prefieres sumirte en un largo y profundo sueño, prefieres que ese dolor intenso desaparezca, aunque tú con ello.



¿No es esa la misma sensación de desesperación cuando amas a alguien y te abandona repentinamente? ¿No es esa la misma sensación que un pobre vagabundo pueda tener al no poder a su vientre dar de comer? ¿No es esa la misma sensación cuando crees estar en buena compañía y un día así como así te utilizan, te abandonan y ya ni te miran? ¿No es esa la misma sensación que pueda tener el mundo al ser atacado constantemente por la raza humana? ¿No es eso? ¿Qué es entonces? ¿Qué crees? ¿Por qué te ahogas? ¿Por qué deseas la muerte? ¿Por qué quieres marcharte? ¿Por qué ya nada puede ayudarte? Recapacita, piensa... Por mi parte he conseguido anunciarte lo que en un pequeño corazón cabe, lo que unas lágrimas derramadas transmiten, lo que una bonita melodía transmite…


Piensa.